domingo, 25 de noviembre de 2012

Las Exageraciones


Recientemente llegó un hermano —que tenía años sin venir a México— procedente de Estados Unidos; y después de unos días me dijo; que otro hermano le había informado que la casa de mi mamá se estaba cayendo.

Por su puesto, la casa donde vive mi mamá no se está, ni se estaba cayendo; pero le pregunté: —Y ahora, que ya la viste ¿qué opinas?

—Creo que Coke, no le exageró; sí, la casa de mamá se está cayendo. —Me contestó.

Y al contestarme esto mi hermano, recién llegado de Estados Unidos, de lo que otro hermano —viviendo igual, en Estados Unidos— le informó, vino a mi mente el taller de teatro.

Es que, en el teatro, las exageraciones, se valen; en el cine, no.

El  teatro, se lleva a cabo en vivo, en persona, y las exageraciones, el público sentado en las butacas, las aprecia y las entiende, así es el teatro; a diferencia el cine busca en sus actores y en su actuación, llevar a la pantalla un realismo, aunque subreal, lo más parecido a la realidad; donde a diferencia del teatro, las escenas se llevan a cabo repetidamente, hasta que quedan "perfectas" como en la realidad.

En la literatura las exageraciones también se valen, "se estaba cayendo la casa a pedazos y éstos, los pedazos, caían a mis pies, milagrosamente no cayó ningún barrote en mi cabeza".

En la prensa; no, no se valen las exageraciones, jamás escucharás a un periodista decir, "la casa se está cayendo", a menos que la casa realmente se esté cayendo... O al menos que, sean como los periodistas de la NBC de Estados Unidos, que luego tuvieron que salir al aire en la televisión de ese país, para pedir disculpas, por decir que Nueva York estaba devastado por el huracán Sandy, cuando en realidad solo la parte aledaña a la costa estaba devastada.

¿Dónde más, se valen, o no las exageraciones?

En el arte —dependiendo del arte—. Por ejemplo: en la edad media se valían las exageraciones en la moda del vestir, en la actualidad, no. También en la antigüedad, el estilo barroco de la arquitectura, se caracterizó por sus exageraras columnas decoradas con mil detalles; algo que en la arquitectura actual ya no se usa.

Entonces, resumiendo:

Las exageraciones se valen en el Teatro, no en el Cine.
Se valen en la literatura fantástica, no en el periodismo.
En el arte, dependiendo de que disciplina del arte; en las decoraciones; por ejemplo, y en mi opinión,  ya pasaron de moda.

Ah, y las exageraciones, tampoco se valen en la vida real —al hablar— al menos que quieras convencer a tu interlocutor de algo, que tú lo quieras convencer.

Y a mi hermano llegado de Estados Unidos le digo, y se lo digo sin exagerar, que se cuide de los hipnotizadores, por que es vulnerable, muy vulnerable a ser hipnotizado. —Sin exagerar—. Jejeje.



1 comentario:

  1. A mi las personas exageradas no me van, pero entiendo lo del teatro

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